Alcarràs

El título refiere a un pequeño municipio catalán, un espacio rural en el que una familia numerosa, compuesta por tres generaciones, trabaja y vive desde siempre del cultivo de durazno. La potestad de la familia sobre sus terrenos es el resultado de una antigua cesión de palabra que, un buen día, al no estar escrita, deja de tener valor. Así, la posibilidad de perder las tierras y emigrar de manera obligada hacia un nuevo lugar se vuelve una amenaza concreta, reforzada por la intención de sus nuevos dueños de incorporar nuevas tecnologías y arrasar con la cosecha tradicional. Como lo hizo en su maravillosa Verano 1993 (2017), Carla Simón construye el mapa de un universo familiar, encontrando los intersticios emocionales que en la cotidianeidad provocan algunos inevitables del destino, sin detenerse en un único punto de vista y plasmando un amplio recorrido narrativo con picos de verdad arrolladora.