Cuatro bodas y un funeral

“¿Por qué siempre estoy yendo a bodas y nunca soy el que se casa?”, dice Charles, con esa cruza entre encanto y torpeza que hizo que Hugh Grant se convirtiera en estrella. La frase resume a la perfección la premisa de esta pequeña gran película que se transformó en un éxito inesperado y le dio un empujón internacional al cine británico. Cuatro bodas y un funeral sigue las aventuras y desventuras de Charles y sus amigos treintañeros en los eventos sociales del título, y en su encuentro con el que quizás pueda ser el amor de su vida. Expandiendo los límites del género, construyendo un mundo de personajes secundarios entrañables –esta es una película tanto sobre el amor como sobre la amistad– y con la dosis justa de ironía, ternura y crisis existencial, Cuatro bodas y un funeral se convirtió en un hito fundacional que le cambió la cara a la comedia romántica de los 90.