Cerrar los ojos

Las primeras imágenes del nuevo largometraje de Víctor Erice en más de treinta años muestran un largo diálogo entre dos personajes, una escena ambientada en un antiguo castillo que no es otra cosa que el fragmento de una película inconclusa, que por distintas razones provocó que su director, Miguel Garay, abandonara la industria del cine y dedicara su vida a escribir y a pescar, alejado de la gran ciudad. Una de las razones para ello fue la desaparición intempestiva de su actor y mejor amigo, un misterio que saca a relucir un programa de televisión que investiga casos sin resolver. La actualización de ese enigma revelará algunas sorpresas, pero sobre todo activará en el personaje –al que no es difícil ver como álter ego del propio Erice– una revisión de su pasado como artista, reflexiones sobre el amor y la memoria, y sobre el lugar de importancia que ocupan las imágenes a la hora de definir la propia identidad.