La imatge permanent

En un pueblito rural de Andalucía, una adolescente da a luz y huye dejando todo atrás. Décadas después, en las afueras de Barcelona, Carmen, una directora de casting, debe salir a buscar personas “auténticas” para una campaña electoral, migrantes dispuestos a contar sus historias. Así conoce a Antonia, una vendedora ambulante que irrumpe en su soledad y cuya vitalidad esconde las marcas del pasado, cuando canta “el tiempo todo lo cura, pero heridas quedarán”. “¿Te gustaría tener una hermana rica o pobre?”, pregunta Antonia, que entiende perfectamente de qué hablan los publicistas cuando dicen “autenticidad”. Poniendo esta idea en cuestión, La imatge permanent no busca capturar lo auténtico sino lo humano; con un humor seco y una sensibilidad infrecuente, retrata el vínculo improbable y poderoso entre dos mujeres que, a través de las diferencias, aprenden a espejarse y, sobre todo, a acompañarse.