Deus Irae

Cuando al comienzo de Deus Irae el Padre Javier mira un crucifijo, su expresión y sus manos sugieren que los nervios lo están consumiendo. Un flashback revela que este sacerdote dedica su vida a visitar a familias que afirman haber visto cosas que no pertenecen a este mundo y a limpiar sus hogares de los demonios que intentan poseerlos. Pero, al regresar a esas casas, nota que las evidencias siempre son destruidas. Así descubre que un clan está detrás de él, y debe elegir entre esconderse o sumarse a ellos. En épocas en que el terror tiende a caer en manos de directores que buscan construir relatos más bien introspectivos y cercanos a la realidad, Pedro Cristiani apela a la vieja escuela del horror donde el gore y la experiencia física están por encima de cualquier otra sensación. Un cine que ubica la cámara frente al rostro de los demonios más sangrientos y, en vez de darles una lógica, prefiere enfrentarlos a como dé lugar.